sábado, 14 de marzo de 2015

Nociones de enfermería veterinaria: El Botiquín

Tener un perro no sólo significa darles un buen pienso para perros, sacarles de paseo y procurarles buenas camas para perros. Es necesario tener alguna nociones para poder protegerle ante imprevistos.



Cuidar a un perro no obliga siempre a recurrir al veterinario. Usted puede cuidar por sí mismo al perro en muchos pequeños accidentes. Nuestra guía veterinaria se ha hecho un poco en ese sentido, pero siempre es indispensable distinguir entre las afecciones banales y las enfermedades graves que deben consultarse en seguida con un veterinario.

Una pequeña farmacia veterinaria le permitirá cuidar a su perro en el caso de enfermedades benignas o mientras espera al veterinario.

Para cumplir bien con los cuidados corrientes, para atender a las recetas del veterinario, le será necesario poseer el botiquín que le indicamos más adelante.


Contención

Un perro puede ser más o menos fácil de curar. En el veterinario, por lo general, la mayoría de los perros se dejan tratar por miedo. Para los propietarios, el poblema es a veces más delicado, pues el animal se debate o intenta morder. Entonces es preciso:

Ponerle el bozal. Por principio tratamos de evitarlo, pero, incluso en el caso de un perro muy tranquilo, una inyección dolorosa puede provocar una reacción casi involuntaria que también se encontrará de manera constante en un animal agresivo. A un perro puede amordazársele simplemente con una mano, pero a menudo hay que recurrir al bozal adaptado al formato del perro, o al lazo, que es una solución extremadamente práctica: Tome un trozo de trenza o de cinta, páselo en tomo al hocico del perro, anúdelo sobre la cara con un nudo sencillo y ate los bordes libres pasándolos tras la mandíbula inferior y después de trás de la nuca (véase al lado). Puede apretar fuertemente porque no corre ningún riesgo de ahogo o estrangulación.



Tras haber amordazado al perro, es preciso sujetarlo. Puede mantenerle acostado: en este caso, se le coloca sobre el flanco y un ayudante le coge por las patas y coloca su pecho más o menos fuertemente sobre el perro, según que éste se debata o no. También se le puede mantener sentado. Si es grande, es preciso que un ayudante se apoye sobre la grupa para hacer que conserve esta posición. Si es pequeño, puede mantenérsele en la posición llamada «esfinge», es decir, con las patas anteriores sostenidas por la mano y los dos codos actuando de torniquete a lo largo del cuerpo, y el ayudante apoyando su pecho sobre la grupa y el lomo. Para sujetar a un perro de pie, hay que atar su collar muy en corto. Un ayudante puede entonces mantenerlo inmóvil a caballo sobre él.



Botiquín Básico

Termómetro clínico Un frasco de tintura de yodo Un frasco de alcohol de 90°
Un frasco de mercurocromo
Un frasco de agua oxigenada
Un rollo de esparadrapo muy adhesivo
Gasas estériles
Algodón hidrófilo y en rama
Dos vendas Velpeau de 5 cm de ancho
Una jeringa de 5 cm3 y otra de 10 cm3
Un juego de agujas de 15 8/10, 25 8/10, 30 8/10
Un tubo de penicilina, en pomada
Un bote de sulfamida, en polvo
Un colirio suave
Un frasco de gotas auriculares
Un bote de harina de mostaza
Polvo o spray insecticida

Un neceser de inyección de suero antiveneno


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